martes, 3 de noviembre de 2009

De tícher an de piúpil

En Colón me llamó la atención que había dos actividades comerciales que abundaban por doquier.
Una era el rubro heladerías. Había muchas, demasiadas para un centro tan pequeño. En las esquinas, en cada cuadra, incluso una enfrente de otra, desde cadenas más populares (como Grido) hasta emprendimientos locales, algunos muy lindos y con mesitas de café y todo. Si la cosa resulta rentable o no, lo desconozco. Pero del otro rubro comercial sí me quedó la certeza de que, definitivamente, no funciona, pese a haber visto varios de ellos: se trata de los institutos de inglés.


Du iu spik ínglish?

¡Gracias totales!

Muchas gracias a todos aquellos que se engancharon, hicieron aportes, felicitaron y un largo etcétera. El día del debut me olvidé de comentar que habrá, cada tanto, algún insufrible narrado al nuevo estilo: cortito y al pie. Quedan desde luego invitados a hacer catarsis contando cuáles son vuestros insufribles...
[La versión no autorizada dice que el día del lanzamiento del blog estaba muy distraída viendo cómo mi maridovio ponía la mesa con delicatessen oriundas de Colón, y por eso me "comí" lo de los insufribles... y luego, claro, me comí el escabeche, las nueces, los huevitos de codorniz, el quesito... Porque memoria puede faltarme pero gula ¡jamás!]