sábado, 14 de mayo de 2011

Cafetín de Buenos Aires

No soy una porteña re fana de los cafés. Pero suelo ir a algunos con cierta asiduidad, y es algo que encuentro muy placentero. Algunos son puramente barriales, como Castells, de Caballito, que en realidad es un anexo de la confitería del mismo nombre, y al que solía ir los fines de semana tempranito porque me quedaba a la vuelta de casa, no necesitaba ni peinarme. Otros son instituciones gloriosas: el Tortoni (recomiendo el chocolate con churros en invierno y reclamo públicamente que repongan las mesas de pool, caramba); Las Violetas (ideal para reventar con el té completo, catedral sagrada en la que me he reunido por trabajo y por placer); Los Galgos (de los históricos, averigüen; allí iba en los noventa, cuando estaba en Plus Ultra, a empinar un regio submarino); Esquina Homero Manzi, en mi entrañable Boedo (debería ir más seguido)... Y uds., ¿van a bares? Algo me dice que Pepa comentará largamente esta entrada...

En Los Angelitos (por suerte recuperado),
de Rincón y Rivadavia

Hallazgo casi macabro

Porque, claro, "avivamiento" está bien dicho... Pero, ¿por qué sonará tan mal?